sábado, 17 de febrero de 2007

El Principito


"La primera noche me quedé dormido sobre la arena a mil millas de distancia de una tierra habitada. Estaba más aislado que si hubiera naufragado y estaria sobre una balsa en medio océano. Entonces, se imaginan mi sorpresa, cuando un divertido niño con pequeña voz me despierta diciéndome: - por favor, dibujáme una oveja! - Eh? - Dibújame una oveja ... Salté sobre mis pies como si me hubiera partido un rayo, froté bien mis ojos, observé bien. Y vi a un pequeño niño, totalmente extraordinario que me consideraba seriamente. "
Es aún necesario de presentar al Principito?. Todo el mundo tiene en la memoria este "dibujame a una oveja" y a este elefante tragado por una boa. Bajo sus aires simples, la fábula de Saint-Exupéry es en realidad un verdadero concentrado de reflexión. Saint-Exupéry se lanza simplemente en una consecuencia de actos con una simplicidad y una ingenuidad muy infantil. Nos dice, con las palabras simples del principito, que solamente los niños saben observar nuestro mundo. No se detienen a los sentimientos de vanidad, de superioridad, sino se maravillan delante de la rosa, tan única en la multitud, del planeta del pequeño príncipe. Bien lejos de la importante tarea que es el censo de todas las estrellas por el "hombre de negocios", ocuparse de la rosa y de sus cuatro espinas para enfrentar el mundo, es la mayor preocupación de nuestro pequeño héroe más allá de lo que las grandes personas podrían decirle. Después de todo, "es cansando, para los niños, siempre y siempre darles explicaciones a los adultos", él sabe creer en la amistad. Se acuerda del zorro que explica al Principito que su amistad es la cosa mas bella: "si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres, comenzaré a ser feliz". Es porque "la parte fundamental es invisible para los ojos" que su amistad es mágica. Porque el zorro es irreemplazable, porque el Principito es irreemplazable.
Lejos de toda filosofía, ideología y religión, Saint-Exupéry escribió allí una historia universal, fuera del tiempo y el contexto en la cual se la lee, en absoluto para sublimar cosas que, pueden parecer simples como la amistad y la magia de los ojos de un niño.
A leer absolutamente para todos los que, a la vuelta de una duna bajo una estrella un poco más brillante que las otros, no se habrían entrevistado con un niño de cabellos color del trigo... Si entonces esto sucediera y un niño viene ustedes, si les sonríe, si tiene pelos rubios, si no responde cuando se le hacen preguntas, sabrán bien de quién se trata. Entonces sean agradables y no lo dejen triste...dibujenle una oveja, porque el Principito, volvió de nuevo.

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