domingo, 1 de abril de 2007

PRODUCCION DE PIELES EN CHINA


LA INVESTIGACION


En los criaderos de la provincia de Hebei (norte), los zorros, los perros salvajes o las martas son golpeados en la cabeza con garrotes o arrojados al suelo para que pierdan el conocimiento sin dañar las pieles, explicó la PSA en un comunicado.
Pero muchos animales son aturdidos y recobran el conocimiento durante o después de su despellejamiento y descuartizamiento. Luchan contra la muerte durante cinco a diez minutos.
"Es un horror inconcebible que supera todo lo que se sabía hasta ahora de los métodos de muerte practicados en occidente", según la asociación, que desea que cada persona con una prenda de pieles "sepa cómo han vivido estos animales y el final que han tenido".
La PSA ha logrado filmar seis horas de vídeos y más de 550 fotos que apuntalan su denuncia, grabados y tomadas por voluntarios que lograron entrar en los criaderos con cámaras escondidas.
Una gran parte de las pieles baratas que se venden en la actualidad en Europa en forma de gorros o de cuellos por ejemplo provienen de China, subrayó la asociación.
Los criaderos chinos albergan cada año más de 1,5 millones de zorros y parecido número de martas, junto con animales como los visones, conejos, perros y gatos.
La PSA pidió a finales del 2004 al gobierno suizo que prohiba la importación de pieles de perro y de gatos procedentes de China, aunque hasta ahora sin ningún éxito a pesar de estar avalada por 80.000 firmas.


DESOLLADOS VIVOS


Unos investigadores secretos lograron entrar recientemente en las granjas chinas de producción de pieles, donde descubrieron que muchos animales estaban vivos y luchaban desesperadamente mientras los trabajadores los ponían patas arriba o colgaban de sus extremidades o colas para desollarlos.
Cuando los empleados de estas granjas comienzan a cortar la piel de una de las patas, los animales patean con la otra extremidad y se retuercen del dolor. Para facilitar un mejor corte de la piel, los trabajadores también pisotean la cabeza o el cuello de aquellos que luchan vigorosamente.

Cuando finalmente les desprenden la piel, los ensangrentados y desollados cuerpos son apilonados junto a los otros que ya han pasado por el mismo proceso. En este momento, algunos todavía permanecen con vida, respiran de manera entrecortada y parpadean lentamente.

El corazón de varios de estos animales todavía late a razón de unas 5 a 10 veces por minuto, incluso después de haber sido desollados. Un investigador filmó un zorro desollado que, en medio del montón de cuerpos de animales muertos, todavía conservaba fuerza suficiente como para levantar su cabeza ensangrentada y mirar a la cámara.
Antes de ser desollados vivos, los animales son arrastrados de sus jaulas y tirados contra el suelo; los trabajadores los aporrean con barras de hierro o los lanzan contra superficies duras, lo cual les quiebra los huesos y provoca convulsiones pero no siempre causa la muerte inmediata. Los otros animales indefensos sólo pueden observar todo esto mientras su turno se va acercando.

ANTECEDENTES

Los investigadores secretos de la organización Care for the Wild International visitaron recientemente varias granjas de producción de pieles en la provincia china de Hebei. Tras su llegada al lugar, se dieron cuenta rápidamente por qué está prohibida la visita de personas que no están vinculadas con el centro. No existe regulación alguna que rija estas granjas en China - los agricultores pueden criar y sacrificar a los animales de la manera que deseen - lo que significa una muerte miserable y horrorosa.
Los investigadores descubrieron horrores inimaginables y llegaron a la conclusión de que “las condiciones en las granjas de producción de piel de China son una violación flagrante de las normas más elementales de bienestar animal... Durante sus vidas así como durante el indescriptible sacrificio, a estos animales se les ha privado del más simple acto de bondad”.

UN INFIERNO EN VIDA

En estas granjas, los zorros, visones, conejos y otros animales caminan y tiritan en jaulas de hierro a la intemperie, donde se exponen a fuertes aguaceros, frías noches y, en otros momentos, al ardiente sol. Las madres, enloquecidas por el gran maltrato y en intenso encierro que no les brinda donde esconderse para el parto, a menudo matan a sus crías después de parirlas. Las enfermedades y las lesiones son la norma y los animales se comen sus propias extremidades y se lanzan repetidamente contra las barras de las jaulas, víctimas de la psicosis inducida por la ansiedad.

La globalización en el uso de las pieles ha imposibilitado el conocimiento sobre la procedencia de estos productos. Las pieles se comercian en las subastas internacionales y se compran y distribuyen a todos los fabricantes del mundo. Por regla general, los productos acabados son exportados.

China suministra más del 50% de las prendas de piel acabadas que se importan para la venta en Estados Unidos. Incluso si la etiqueta de una prenda de piel dice que fue fabricada en un país europeo, los animales que se destinaron para ese producto se criaron y sacrificaron en cualquier otro lugar - posiblemente en una granja de producción de pieles de China, donde no existe regulación alguna para este menester.

¿NOS BASTARIA ESO?

En la misma medida que respetamos creencias y culturas, y asumimos que cada una de ellas tiene un trato preferente o denigrante para las diferentes especies animales, nuestra opinión es que debe desterrarse el uso de piel natural cuando no se trata de supervivencia(lo que hoy en día sólo sucede en pueblos aborígenes) sino de moda, complementos y decoración.
Por tanto, lo que nos incita a rechazar de plano las pieles de perro y gato en la industria de la moda no es tanto que estos animales sean para nosotros de compañía, con la consiguiente repugnancia de ver sus restos en forma de cuello o puños de chaqueta o de figurita en un estante, sino que se trata de una vuelta más de tuerca en el absoluto desprecio de la vida ajena para cumplir fines comerciales lucrativos. No es aceptable que se comercie con sus pieles si mueren "como Occidente manda", porque la batalla es eliminar por completo todas las pieles naturales del circuito comercial internacional, no el sustituir unos animales por otros o matarlos "que sufran menos". La batalla es que sigan vivos.

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