Javier Heraud poeta peruano que siguió el sendero del Ché Guevara. Se dice que él es cantor de la vida, profeta de su muerte, leyenda viva en el Perú, estudió en uno de los mejores colegios del Perú (Markham) lo que quizás influyó en esa gota de sarcasmo antiburgués que lo caracterizó.
La personalidad humana de Javier Heraud no fue menos singular y atractiva que la artística, nacido en una época marcada por la violencia, alzó su voz de protesta contra un mundo injusto. Aunque más tarde sienta que "Luego supiste que la vida es soledad entre los hombres y soledad entre los valles". Si no se puede cambiar la vida, si la vida no es encuentro, reunión, al menos que se advierta que eso es una injusticia, o que —al menos— podamos hacer nuestras las palabras de Javier: "No deseo la victoria ni la muerte, no deseo la derrota ni la vida, sólo deseo el árbol y su sombra, la vida con su muerte"....
No soy amante de la poesía, pero la obra de Heraud me toca profundamente, este poeta que se enfrenta a la vida y sus contradicciones, el dolor y la alegría, los triunfos y caídas, la ilusión y el desengaño... Busca a través de la poesía una reconciliación consigo mismo creándose un viaje imaginario dentro de sí. Busca su livertad a través de el Río, el Viaje y el Tiempo, muere y renace con su poesía.
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